Para lograr su expansión, estableció el método de
negocio de las franquicias, abriendo la primera en 1967, en la ciudad de East Lansing.
En ese tiempo, Domino’s integró maquinaria industrial
para que sus cajas de cartón fueran hechas con rapidez, con un espesor grueso
con el fin de que la pizza no tuviera deformaciones.
En 1973, se decidió que 30 minutos era el tiempo límite
para entregar la pizza a domicilio. En caso de pasar la media hora, el producto
se entregaría gratis. Esto generó mayor publicidad a la marca y también se
adoptó como un eslogan.
Hasta 1970 ya contaban con 280 locales y en 1981
sumaban 500 en Estados Unidos.
La internacionalización llegó en 1983 abriendo un
establecimiento en Canadá y otro en Australia, con lo cual Domino’s Pizza ya
tenía un total de mil restaurantes.